El diario medellinense El Colombiano ha emprendido una dura ofensiva contra el alcalde Daniel Quintero Calle, contra su programa de gobierno y contra sus funcionarios; para nadie es un secreto.
Sus representantes aducen que el diario es crítico con la administración actual porque está preocupado por la ciudad donde nació y creció hasta llegar a ser uno de los más conocidos del país; sin embargo su preocupación no parece ser tan genuina como asegura, pues su recia “oposición” empezó desde que Quintero mostró un talante independiente frente a los grandes poderes económicos de esa ciudad y del departamento y, sobre todo, cuando dejó de pautar millonarias cifras en este como lo hizo el exalcalde Federico “Fico” Gutierrez, con más de 3 mil millones de pesos. El Colombiano, en épocas de Fico, se convirtió en una especie de secretaría de prensa de su administración.
Este es el periodismo "objetivo" que le gusta a los uribistas. Así era Telemedellín cuando estaba en manos del ex alcalde Federico Gutiérrez. Ahí si les parecía perfecto el manejo del canal. pic.twitter.com/3hDRYVmESh
— Juan Poe (@JuanPoe) October 7, 2021
La administración de Daniel Quintero, en cambio, ha democratizado los recursos para pauta en diferentes medios, para, por una parte, llegar a un público que no consume prensa tradicional y, por otro, para impulsar medios regionales y de líneas editoriales plurales y no solo la hegemonía que dominaba en la ciudad durante décadas. Eso sí es un vuelco en la concepción de los medios de comunicación, no como fueron vistos por el viejo poder: como simples cajas de resonancia del Establecimiento y comités de aplausos, sino como una prensa libre que puede o no identificarse con las posturas de X o Y administración política regional o nacional.
El Colombaino no pudo disimular su rabia por este hecho y sacó una serie de informes donde exponen los contratos con dichos medios regionales -contratos, valga decirlo, de menor cuantía-, queriéndolos hacer pasar como algo de poca claridad. Todo estaba bajo regla. La ira del tradicional diario se debía a que todos esos recursos ya no los podía monopolizar como hacía en otras épocas de gobiernos tradicionales y de representantes de la clase económicamente poderosa de Antioquia.
El Colombiano pasó de recibir más de 3 mil millones a recibir 90 millones por pauta en la administración de Daniel Quintero, como se observa en la siguiente gráfica:
El Colombiano es una empresa al servicio de unos pocos clanes políticos, por nombrar solo uno: el cuestionado clan Ramos.
El tío de la esposa de Alfredo Ramos, condenado por parapolítica, fue uno de sus fundadores. El político uribista Juan Gómez Martínez, miembro del Comité de ética del Centro Democrático fue su editor y su línea editorial política es tan sesgada que el medio se encuentra en quiebra y es superado en visitas por muchos otros.
Incluso, al interior de El Colombiano, se han presentado hechos de acoso laboral y sexual, como se denunció hace pocos días.