La comunicación: la gran falla de Petro. Una frase muy célebre y muy cierta del profesor Gilberto Tobón Sanín reza: “En este país uno no puede meter las manos al fuego por nadie porque se quema”.
Hay que admitir esa realidad descarnada y evidente. La perfección es virtud de los dioses, dijo el mismo catedrático. De manera que, ciñéndose a la lógica y obviando el silogismo, se concluye que Petro como humano no es perfecto. No existe la perfección. Hay que abandonar esas idealizaciones infantiles para no caer en fanatismos.
Terquedad
Uno de los más grandes errores de Petro es el tema comunicacional. Y otro, su terquedad, admitida por él mismo en varias oportunidades. Sí esas dos variables se juntan el resultado es una falla grave y constante en sus comunicaciones, y estas son parte fundamental de todo proyecto, especialmente de uno que sea político.
El suceso de ayer, donde se entendía que Mockus era paramilitar es muestra de ello. Después salió a aclarar que no dijo eso, que fue un malentendido, pero ya la polémica estaba en las redes y en diarios como El Espectador.
La comunicación: la gran falla de Petro
Petro es muy inteligente, sin duda, pero esa gran inteligencia no le dio, sobre todo en anteriores oportunidades electorales, para comprender que las mayorías son ignorantes en temas políticos y económicos.
Ideas
En la exposición de sus ideas en debates presidenciales en 2010 y 2018, Petro extendía sus respuestas como si estuviera en un salón de clases y a veces lucía muy técnico. Esa fórmula pudo haberle funcionado en plaza pública, pero no en radio o televisión donde el cronómetro juega en contra del expositor.
La prensa privada había estudiado a Petro y se aprovechaban de esto para tergiversarlo o sacarlo de contexto, pues él, ante una pregunta capciosa, empezaba por dar la explicación para luego dar la respuesta. Casi siempre no alcanzaba por falta de tiempo, de manera que, por un lado, dejaba una estela de duda, de no querer responder, de irse por las ramas, y así lo hacían ver sus entrevistadores; y por otra parte, la respuesta de Petro no llegaba claramente a la gente. Debía dar primero la respuesta y luego proceder a la explicación.
Eso pasó por ejemplo cuando un periodista mexicano le preguntó por Nicolás Maduro y el tema venezolano. La prensa hizo fiestas con ese garrafal error de Petro, mostrándolo como dubitativo frente a condenar tajantemente las acciones del presidente venezolano. Había empezado por la explicación y no alcanzó a dar la respuesta. Así como ese pueden citarse decenas de errores, como el compartir —sin mala intención— noticias falsas en su twitter, en vez de corroborarlas primero. Con eso también la prensa del Establecimiento y sus contradictores en redes sociales han hecho bacanales.
Delegar
Pero otro grave error de Petro, mayúsculo quizá, es el haber delegado el manejo de sus comunicaciones en manos de un equipo inexperto, por decir lo menos. No tienen una estrategia fuerte en medios privados ni en redes. A algunos tuiteros les ha tocado hacer el trabajo que le corresponde a ese equipo, desmintiendo las calumnias que sobre el líder de Colombia Humana vierte a diario el Establecimiento. Sin embargo, un tuitero no tiene el alcance para llegar a millones.
Son esas calumnias viralizadas las que han cincelado esa imagen de demonio que es, supuestamente, Petro. Frente a eso, su equipo no ha dado un solo contragolpe efectivo. Incluso la prensa privada tiene el nervio de restregarle esas calumnias en la cara, como cuando Arizmendi le dijo ante millones de radioescuchas que él es el asesino de Gloria Lara.
De ese tipo de mentiras vueltas verdad hay centenares y no se han tomado la molestia de desmentirlas, pese a todas las evidencias que hay para pulverizarlas. Sobra decir que Petro debe renovar su equipo de comunicaciones.
Por ahí se oye que otro defecto/error de Petro es ser más “amarrado que trasteo en burro”, y que por eso no invierte en estrategas expertos. Si ese es el problema, para eso existen las vakis, pero es urgente que el líder progresista atienda este fundamental tema cuanto antes.